sábado, 11 de enero de 2014


LA ESTRUCTURA DE LA TIERRA




La Geosfera es la parte del planeta Tierra formada por material rocoso (sólido o fluido), sin tener en cuenta la hidrósfera ni la atmósfera. Nuestro planeta, como otros planetas terrestres (planetas cuyo volumen está ocupado principalmente de material rocoso), está dividido en capas de densidad creciente. La Tierra tiene una corteza externa de silicatos solidificados, un manto viscoso, y un núcleo con otras dos capas, una externa semisólida, mucho más fluida que el manto y una interna sólida. Muchas de las rocas que hoy forman parte de la corteza se formaron hace menos de 100 millones (1×108) de años. Sin embargo, las formaciones minerales más antiguas conocidas tienen 4.400 millones (44×108) de años, lo que nos indica que, al menos, el planeta ha tenido una corteza sólida desde entonces.1

Gran parte de nuestro conocimiento acerca del interior de la Tierra ha sido inferido de otras observaciones. Por ejemplo, la fuerza de la gravedad es una medida de la masa terrestre. Después de conocer el volumen del planeta, se puede calcular su densidad. El cálculo de la masa y volumen de las rocas de la superficie, y de las masas de agua, nos permiten estimar la densidad de la capa externa. La masa que no está en la atmósfera o en la corteza debe encontrarse en las capas internas.
La estructura de la tierra puede establecerse según dos criterios diferentes. Según su composición química, el planeta puede dividirse en corteza, manto y núcleo (externo e interno); según sus propiedades físicas se definen la litosfera, la astenosfera, la mesosfera y el núcleo (externo e interno)
La corteza terrestre es una capa comparativamente fina; su grosor oscila entre 10 km en las dorsales oceánicas y 70 km en las grandes cordilleras terrestres como los Andes y el Himalaya.2

Los fondos de las grandes cuencas oceánicas están formados por la corteza oceánica, con un espesor medio de 7 km; está compuesta por rocas máficas (silicatos de hierro y magnesio) con una densidad media de 3,0 g/cm3.

Los continentes están formados por la corteza continental, que está compuesta por rocas félsicas (silicatos de sodio, potasio y aluminio), más ligeras, con una densidad media de 2,7 g/cm3.

La frontera entre corteza y manto se manifiesta en dos fenómenos físicos. En primer lugar, hay una discontinuidad en la velocidad sísmica, que se conoce como la Discontinuidad de Mohorovicic, o "Moho".El manto está compuesto por rocas silíceas, más ricas en hierro y magnesio que la corteza. Las grandes temperaturas hacen que los materiales silíceos sean lo suficientemente dúctiles como para fluir, aunque en escalas temporales muy grandes. En sus primeras fases, hace unos 4.500 millones de años, los materiales más densos, derretidos, se habrían hundido hacia el núcleo en un proceso llamado diferenciación planetaria, mientras que otros menos densos habrían migrado hacia la corteza. Como resultado de este proceso, el núcleo está compuesto ampliamente de hierro (Fe)(80%), junto con níquel (Ni) y varios elementos más ligeros. Otros elementos más densos, como el plomo (Pb) o el uranio (U) son muy raros, o permanecieron en la superficie unidos a otros elementos más ligeros.
La teoría planetesimal describe el escenario general en el que debieron formarse los planetas del Sistema Solar. Hay, no obstante, algunos datos más sobre la estructura y la composición de nuestro planeta que deben tenerse en cuenta, ya que nos hablan de lo que ocurrió al comienzo de la existencia de la Tierra.
De acuerdo con los datos disponibles, la formación de la Tierra podría haberse producido de la siguiente manera:

Formación del protoplaneta terrestre.
Unión de planetesimales. Alrededor del protosol se habría originado el protoplaneta terrestre por acreción de planetesimales.
Aumento de la gravedad. El aumento de masa que provoca la unión de los planetesimales conlleva un aumento de gravedad y mayor atracción a los planetesimales que aún están próximos al protoplaneta.
Aumento de la temperatura. Los impactos sobre la superficie terrestre provocarían un aumento de la temperatura en el planeta.
Diferenciación por densidades.
Fusión de los materiales. Los componentes, debido a las altas temperaturas provocadas por los impactos y por la radiación desprendida por los elementos radiactivos, provocarían que los materiales que forman el protoplaneta se volvieran semilíquidos. El estado semilíquido de los mismos hace que comiencen a ordenarse por densidades.
Catástrofe del hierro. Los materiales más densos, como el hierro, níquel, etc., se desplazan hacia la parte profunda del planeta formando el núcleo.

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